Resulta incomprensible la diferencia entre las cosas que dicen los políticos y las de los técnicos, médicos o sanitarios, especialmente en torno a las consecuencias del coronavirus. En medio de la sangrante y cruel polémica entre políticos y opinadores sobre las residencias de ancianos y, más concretamente, las dudas acerca de las supuestas instrucciones para que se les impidiera el acceso a los hospitales, oíamos hoy al Presidente de la Sociedad Española de Gerontología decir y transmitir con enorme tranquilidad y calma que no han existido tales instrucciones.
Para ello la mejor prueba que aportaba son los datos de un elevado número de ancianos que fueron trasladados de las residencias a distintos hospitales de la Comunidad Madrid. Si es así, ¿cómo se están llegando a decir las barbaridades que estamos oyendo de boca de los políticos y algunos periodistas? tales como que se les ha dejado morir indignamente sin salir de las residencias.
Es necesario que se conozca la verdad en este tema y en todos los que hacen referencia a las circunstancias que afectan a todas las muertes derivadas de este pandemia, las favorables y las rechazables, saber quién ha actuado con eficacia y grandeza de miras y quien no, quien está tratando de sacar rédito político, sea quien sea y venga de donde venga.
Sean responsabilidades del gobierno o del PP u otro partido, no cabe esconderlas ni mirar para otro lado. Es preciso salvar la verdad y no salvar el culo. Y para ello, que hablen los expertos, a los que todos los políticos quieren orillar y tienen que ser los periodistas los que les buscan y les dan voz.