La incertidumbre es aún muy grande pero puede decirse que, aunque con vacilaciones, los mercados financieros y las Bolsas, también la española, han comenzado a emitir señales y sonidos distintos al derrumbamiento de los dos últimos meses. Tras el enorme varapalo sufrido parecen haber encontrado algunas razones para ir frenando sus caídas y sus negativas evoluciones y comienzan a calentar motores.
Signos de relativo optimismo
Quizá no pueda hablarse aun de una clara tendencia a la recuperación pero sí de lo más parecido a ella, o que podemos estar en la antesala, con algunos signos de relativo optimismo que permiten albergar ciertas esperanzas de que se está conteniendo la sangría y de que estemos cerca de un tímido rebrote de la economía real, presa hasta ahora del pesimismo y la falta de estímulos. Un pesimismo totalmente justificado en la medida que se mantiene el parón y la falta de actividad empresarial en buena parte de los sectores.
Avala este optimismo la firmeza de los bancos centrales para inyectar recursos y demostrar que harán todo lo necesario
Uno de los argumentos de más peso que justifican esta favorable evolución reside en la convicción y la firmeza de los bancos centrales a la hora de inyectar liquidez en los sistemas financieros, demostrando con los hechos que están dispuestos a tomar cuantas medidas sean necesarias y hagan falta para sostener la estabilidad del sistema financiero y los mercados; y la disponibilidad de recursos para alimentar el crédito y las necesidades de una parte mayoritaria del tejido empresarial.
Reservas sobre los gobiernos y su capacidad para tomar medidas y fijar plazo y marcos claros
Sobre los gobiernos, sin embargo, pesan grandes reservas en la opinión pública y entre los líderes empresariales y financieros. Se ha generado una gran desconfianza hacia la capacidad de los políticos para decidir las medidas que requiere esta crisis del coronavirus, así como para establecer plazos y marcos claros, aunque las perspectivas pueden mejorar a medida que pasan las semanas y se conoce mejor la pandemia y sus consecuencias económicas y sociales. Parece que, aunque de forma renqueante, los distintos gobiernos comienzan a controlar las riendas tanto sanitarias, a medida que la pandemia comienza a remitir, aunque sea tímidamente, como económicas, y establecer medidas y mecanismos de ayuda y estímulo para la actividad económica.
El BCE podría aportar 500.000 millones de euros más
Las próximas semanas aportarán cierta luz con episodios como la reunión del consejo del BCE el jueves 30, que podría anunciar una nueva inyección de 500.000 millones de euros; así como con la información sobre el PIB del primer trimestre de países importantes, o los resultados de algunas compañías en ese período, especialmente aquellas más relevantes, en sentido positivo como las del sector tecnológico -Google, Facebook, etc- y operadores telefónicos ó las nuevas plataformas para las videoconferencias y teletrabajo: o en sentido negativo, las de los sectores industriales más afectados por la inactividad.
Conocer mejor la profundidad de la crisis
Todo ello podría ayudar a conocer con mayor certeza la profundidad de la crisis y quizá, a disipar algunas incógnitas, aunque es aún pronto para anticipar o predecir tanto el calendario para la salida de la crisis como el de la normalización de las bolsas y los mercados financieros, así como de la economía en su conjunto en un entorno tan incierto y vacilante.