Los fabricantes de automóviles y sus auxiliares acaban de lanzar un S.O.S a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen en una carta con inquietantes ribetes, en la que anuncian que el sector en Europa se quedará en breve, quizá en semanas en algunos casos, sin liquidez para realizar los pagos por efecto de la crisis del coronavirus.
Le advierten que les será difícil encontrar financiación incluso en los mercados de bonos. Y si los poderosos fabricantes de coches llegan a esta situación, pensemos qué ocurrirá con tantas pequeñas y medianas empresas que no tienen siquiera la posibilidad de acudir y hacerse notar ante los políticos de la Unión Europea ni de nuestro país.
Retrasos e impagos, ERTES y, finalmente, la muerte y desaparición de muchas empresas
Habrá quien piense que esta carta es una maniobra de victimismo para justificar despidos, temporales o definitivos, retrasos en los pagos o renegociación de deudas con proveedores. Lo importante no es eso sino tomar conciencia de que esto es lo que puede pasar en una gran parte del tejido empresarial, máxime si la crisis dura más tiempo del previsto: caída o desaparición de la liquidez en muchas empresas, retrasos o impagos, ERTES y, finalmente, la muerte y desaparición de muchas de ellas.
Un grito de auxilio de todas las empresas
La carta de los grandes fabricantes y proveedores de la industria del automóvil, firmada por los presidentes de algunas de sus principales asociaciones europeas, debe interpretarse como un grito de auxilio no sólo del sector automovilístico sino de todas las empresas, especialmente las pymes, para reclamar medidas urgentes de cara a su financiación a corto plazo y para impulsar las distintas fórmulas que existen.
El documento dirigido a la Presidenta de la Comisión Europea advierte que en este sector, uno de “los sectores líderes de Europa”, como afirman los firmantes y que emplea a 13,8 millones en la UE, directa o indirectamente, el 6,1% de la población activa europea, y uno de los grandes inversores en I+D, el parón de las ventas que han sufrido por efecto del coronavirus no tiene precedentes y que las necesidades de capital y refinanciación de esta industria son permanentes, algo casi imposible de sostener sin ingresos recurrentes.
Aunque valoran las medidas que han comenzado a tomarse por parte de la Comisión, los 37.000 millones de euros activados con la cláusula general de escape del Pacto de Estabilidad así como por el BCE y el BEI, los fabricantes de autos creen que no es suficiente para la liquidez que necesitan las empresas, empresas sanas a las que el parón de esta crisis puede llevar al naufragio.
El grito de auxilio de los fabricantes de coches debe servir para que todos clamen por una solución a los poderes públicos, las entidades bancarias y la sociedad en general. Es necesario activar todas las fórmulas para capear este temporal y que las empresas con futuro puedan sobrevivir.
No es suficiente prometer que se inyectará dinero: hay que ponerle patas de forma inmediata
No es suficiente prometer que se tomarán medidas, que se inyectará dinero, que se concederán avales: hay que ponerle patas de forma inmediata, que las pymes puedan comenzar a disponer de mecanismos y recursos para financiar su circulante ya.
Se necesita solidaridad y generosidad por parte de todos pero especialmente de la banca que debe estar dispuesta a asumir mayores riesgos en el descuento de pagarés y de papel comercial, en sus préstamos a corto plazo y en su actividad de factoring y confirming. Deben estar dispuestos a llegar hasta donde les sea posible, sin poner en riesgo su solvencia.
Devolver el esfuerzo del rescate bancario
Deben recordar que una buena parte del sector bancario necesitó del rescate de las autoridades en la pasada gran crisis y que éste quizá es el momento de demostrar que están dispuestos a devolver el esfuerzo realizado en aquellos momentos por los poderes públicos, los inversores y, en definitiva, la sociedad en su conjunto.