Rivera: (vuelve de vacaciones y de broncearse, y tras la siesta, cree que sigue la sobremesa): envido más, Sánchez. Me abstengo si echas a la presidenta navarra, prometes no indultar a los independentistas catalanes juzgados …. y dos piedras (ya sabe que Sánchez no va a aceptarlo. Y si quiere Casado, hablamos)
Y Casado, de mirón: (Por bajines, … tengo que decir algo… ). Si Sánchez no va a querer…
Contesta Sánchez: “no hay obstáculo para que te abstengas” (y me des carta blanca, porque de tu envido, nanay). Paso.
Darles un susto
Y así, de sobremesa y siesta permanente, y pasando y pasando, vamos a nuevas elecciones. Quizá sea una oportunidad de darles un susto y despertarles.