En estos dos días posteriores a los debates televisivos entre candidatos he oído y leído en demasiadas ocasiones desde la izquierda una exaltación de Pablo Iglesias por sus llamadas a la buena educación y la corrección en el debate y la actividad política, e innumerables críticas a Rivera por su tono agresivo y bronco.
No seré yo quien niegue la necesidad de buena educación y buenos modos en la vida diaria y social, y también en la política y, por cierto, de forma generalizada, y sin ocultar el chulesco comportamiento del candidato Sánchez, sus continuas interrupciones y gestos un tanto extemporáneos.
Pero no son lo valores principales de la vida política. Por encima de la buena educación está la honestidad, la verdad, el bien común y sobre todo el acierto con las soluciones. Eso es lo que hay que valorar en un político y una ideología política.
Una sociedad de “gratis total”
¿Tiene la izquierda la solución a los problemas de España avivando una sociedad de gratis total, donde haya individuos y grupos que reclamen y exijan que se les de lo que piden, servicios, vivienda, sanidad, alimentos…. sin ningún esfuerzo, sin trabajar, sin aportar nada a la sociedad?. Los intentos que la izquierda ha efectuado hasta ahora se han traducido en corrupción y empobrecimiento general.
¿Es creíble la derecha y el centroderecha en cuanto a sus promesas?
¿Es creíble la derecha y el centroderecha en cuanto a sus promesas? Realmente ¿serán capaces de reducir los impuestos en un entorno de desaceleración como el que se avecina, y mantener las prestaciones sociales, pensiones, sanidad, educación, etc? ¿Podrán resolver las disfunciones de la España autonómica y, especialmente, los procesos separatistas en marcha?
A quienes sean capaces de dar solución a los actuales problemas y encauzar el futuro de España hacia una sociedad más moderna, justa e integradora estoy seguro que se le perdonaría, incluso, una cierta falta de educación.