Invertir en Bolsa no es fácil aunque a alguno pueda parecérselo. Esto suele ocurrir porque muchos se plantean esta posibilidad después de haberse resistido a ello y ver, sin embargo, como algún vecino, pariente o amigo le cuenta el “pelotazo” que ha dado en Bolsa y que le ha permitido comprase el coche, la casa o pegarse las vacaciones que envidiamos.
Lo primero que tiene que saber para invertir en acciones es que la Bolsa tiene sus reglas, sus factores condicionantes y sus protocolos. No es un casino ni un juego de azar, aunque en algunos momentos pueda parecerlo.
Y cuales son estas reglas, o al menos las principales? Aquí van.
La primera, no fiarte mucho de los consejos del vecino, pariente o amigo, salvo que sea profesional.
Resulta fundamental saber si nos encontramos en la fase alcista o bajista del ciclo
La Bolsa se rige por factores básicamente objetivos, como la evolución del ciclo económico, ya sea porque estamos en un ciclo de crecimiento económico o, por el contrario, de desacelaración o recesión; y, por ello, se mueve empujada al alza o a la baja como consecuencia de los mayores o menores beneficios de las empresas, según nos encontremos en uno u otro ciclo. Especialmente, a medio y largo plazo, que es como deberíamos plantearnos invertir en Bolsa si no somos profesionales.
En segundo lugar, ligado a lo anterior, resulta fundamental a la hora de comprar o invertir en acciones saber en qué fase del ciclo alcista o bajista nos encontramos. De ello dependerá tu buen o mal humor en unos meses. Y no es fácil, especialmente cuando nos encontramos en la fase alcista, en la que las ganancias generalizadas priman sobre las pérdidas.
Quienes entren cuando el ciclo toca su techo y se prepara para bajar acumularán en pocos meses un cerro de pérdidas
Sin embargo, quienes entran cuando el ciclo toca su techo y se prepara para bajar son los que en pocos meses acumularán un cerro de pérdidas, buena parte de ellas, las ganancias de tus vecinos, amigos o parientes.
Una vez que tengas claro estas dos grandes ideas, deberás analizar el riesgo que estás dispuesto a asumir y el plazo que te das para recuperar tu inversión. Esto último resulta fundamental ya que conviene que lo que hayas invertido en acciones sea una cantidad sobrante en tu patrimonio o en tu flujo de rentas. De lo contrario, si vas a necesitar ese dinero en un plazo determinado y no muy extenso te verás obligado a vender en una fecha determinada, probablemente con pérdidas y con un notable stress derivado de la operación.
“Los experimentos con gaseosa”
Comienza además con una cantidad pequeña. Como decía aquel insigne politico, “los experimentos con gaseosa” (no con champán); y, a partir de ahí, mucho sentido común y sentido de la oportunidad: diversifica en varias acciones, deja que el último euro lo gane otro, como decían los antiguos barandilleros de la Bolsa, y vende cuando las ganancias sean suficientes sin querer exprimir de la vaca lo que no te puede dar. A sensu contrario, vende también cuando comiences a perder; no esperes a que la pérdida sea cuantiosa.
Con todo eso, si quieres saber en qué momento se encuentra la Bolsa, te diremos que en plena marejada, con grandes incertidumbres pero también con oportunidades.
El momento actual de la Bolsa: marejada con oportunidades
Aunque existe una desaceleración económica global, motivada principalmente por las incertidumbres y tensiones derivadas de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el simple agotamiento del ciclo alcista en el que nos encontramos desde hace años, puede que aún vivamos unos cuantos meses de alzas en las bolsas occidentales por efecto de la aparente distensión que se aprecia en el presidente americano, Donald Trump, que parece decidido a suavizar este conflicto comercial.
Estas expectativas se han traducido en una mejoría de los índices bursátiles en las distintas plazas. Así venía ocurriendo en nuestra Bolsa española. Sin embargo, el anuncio de un nuevo gobierno en el que entra la izquierda radical y condicionado por los independentistas ha echado abajo la tendencia alcista. En las próximas semanas veremos si puede más el pesimismo nacional o la mejoría internacional, aunque sea transitoria.