La inversión de la curva de tipos de interés que se ha producido ya en la economía americana, en la Deuda Pública, significa que los tipos de interés a corto son más elevados que los tipos de interés a largo plazo, toda una aberración aparente desde el punto de vista de la lógica económica y financiera que exigiría que la rentabilidad de las inversiones a más largo plazo obtengan una mayor rentabilidad que las de menor plazo, por tanto, lleven asociadas unos tipos de interés más altos en el primer caso.
Si ocurre lo contrario, es que algo raro está pasando, que existe alguna razón por la que se priman las inversiones y, por tanto, los activos, a corto plazo, particularmente los bonos públicos.
Mas desconfianza en el futuro inmediato que en el largo plazo
La razón es que los inversores consideran que en el corto plazo nos esperan riesgos elevados y, por tanto, exigen mayores rentabilidades por parte de quienes solicitan dinero al mercado. En definitiva, el peso de la la desconfianza sobre el futuro inmediato es incluso mayor que el de las incertidumbres sobre un futuro más alejado.
Preaviso de una desaceleración económica y una recesión, según las estadísticas
Relación de la inversión de la curva de tipos y las recesiones
Fuente Banco de la Reserva de San Francisco
A pesar de las conclusiones de este estudio, y que “la evidencia estadística sugiere que las probabilidades de que suceda lo que anteriormente ha sucedido no han disminuido”, el Banco de la Reserva de San Francisco muestra su cautela sobre la inminencia de una desaceleración en las circunstancias actuales al afirmar que “el entorno actual parece único en comparación con la historia económica reciente”.
Entonces ¿es inminente una recesión o no?
Bankinter abunda en las precauciones al afirmar que las estadísticas no son uniformes en cuanto al periodo tras el que llegaría la recesión, que en algunos casos ha tardado cinco años en materializarse tras una inversión de la curva de tipos, a lo que añade las singularidades de la etapa actual, en la que “el mundo ha cambiado muy rápidamente desde 1980/90, también en materia de tipos de interés.
En ocasiones, la recesión ha tardado cinco años en materializarse tras una curva de tipos invertida, según Bankinter
Juzgar las consecuencias de la inversión de la curva de tipos americana en un contexto nuevo de tipos cero o casi cero es como juzgar los niveles impositivos actuales con la perspectiva de 1933, por ejemplo”.